La suspensión de fondos de USAID afectará proyectos de salud y desarrollo en República Dominicana

Santo Domingo. – La reciente decisión del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, de suspender la ayuda exterior canalizada a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) tendrá un impacto significativo en varios países de América Latina y el Caribe, incluyendo República Dominicana.
Esta medida afectará proyectos clave en áreas como salud, educación, desarrollo económico, derechos humanos y gobernanza, comprometiendo el progreso social y económico de la región. La suspensión de estos fondos podría dejar un vacío crítico en diversas instituciones que dependen de este apoyo financiero para la implementación de programas esenciales.


Impacto en República Dominicana
En República Dominicana, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MISPAS), el Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil (INABIE), la Fundación Dominicana de Desarrollo (FDD), la Organización Nacional de Trasplante de Órganos (ONTA), la Asociación Dominicana de Rehabilitación (ADR) y la Fundación Solidaridad (FUNDESOL) se encuentran entre las entidades beneficiarias de los fondos de USAID. Estos recursos han sido fundamentales para garantizar el acceso a servicios médicos, educación y proyectos de desarrollo económico en comunidades vulnerables.
Además, organizaciones no gubernamentales (ONG) como Fundación Sur Futuro, Alianza por la Democracia (APD) y Fundación Mujeres en Desarrollo (MUDE) han utilizado estos fondos para mejorar la calidad de vida de miles de personas en el país, fortaleciendo la democracia y la transparencia en diversas iniciativas.
Riesgos en la salud pública y el desarrollo social
República Dominicana ha recibido durante años apoyo financiero y técnico de USAID para la lucha contra el VIH/SIDA, la mejora del acceso a la educación y el fortalecimiento de la infraestructura pública. Con la suspensión de estos fondos, la continuidad de proyectos esenciales queda en incertidumbre, lo que podría generar un impacto negativo en la atención médica, la educación de niños y jóvenes, y el desarrollo sostenible del país.
El cese del financiamiento de USAID representa un desafío para el gobierno dominicano y las organizaciones afectadas, que deberán buscar alternativas para suplir los recursos necesarios y evitar la paralización de programas estratégicos en salud y bienestar social.