La desaparición de un ser querido impacta la salud mental y física, según el psiquiatra Fernando Fernández

Santo Domingo. – La desaparición de un familiar o un amigo cercano tiene un fuerte impacto biológico, psicológico y social, según explicó el psiquiatra Fernando Fernández. El especialista destacó que este tipo de situaciones afectan el funcionamiento diario de los allegados, generando alteraciones en el sueño, el apetito, la dinámica familiar y la movilidad de las personas.
Fernández, durante su intervención en el programa Alpunto Vespertino, transmitido por EN Televisión, explicó que muchas personas pueden enfermarse debido a la desaparición de un ser querido, ya que esto impacta su funcionamiento vital e incluso su capacidad para trabajar.
Uno de los primeros efectos observados es el deterioro del sueño. “Le quita el sueño a cualquiera”, expresó el psiquiatra, señalando que la privación del descanso afecta la apariencia física y genera preocupación entre los allegados.
El especialista también abordó la alteración del apetito, explicando que las personas pueden presentar cambios extremos, desde la ingesta excesiva de alimentos hasta la pérdida total del deseo de comer. “En el momento en que una persona no está comiendo, lo que se dice es que ‘fulano está enfermo’”, puntualizó.
Otro impacto significativo ocurre en las relaciones interpersonales. La tensión generada por la desaparición puede alterar la dinámica entre parejas, hermanos y amigos, así como generar cambios en el comportamiento y la movilidad de los afectados.
Fernández definió la desaparición de un ser querido como “una especie de duelo sin muerto”, donde los familiares experimentan incertidumbre hasta que se obtiene una confirmación. A modo de ejemplo, citó el caso de la joven estadounidense de origen indio Sudiksha Konanki, desaparecida en Punta Cana desde el 6 de marzo.
El psiquiatra enfatizó que, aunque el duelo se supera con el tiempo, la pérdida en sí misma no desaparece. “Se puede superar y adaptarse, pero cuando hay pérdida, usted se adapta, no se supera”, explicó.
El acceso a atención psicológica es clave para la adaptación de quienes atraviesan este proceso. “En un espacio de tres o seis meses se sobremaneja o sobrepone, se pasa por un proceso de adaptación, pero no recupera la pérdida”, indicó Fernández, agregando que la recuperación depende de factores individuales como la predisposición a la depresión o la ansiedad.
Finalmente, advirtió que las desapariciones han aumentado en 2025, lo que ha generado mayor consternación entre las familias dominicanas. “Nadie quisiera pasar por el momento que está pasando la familia de un desaparecido”, concluyó.