El Lic. Josly Willmore, psicólogo y terapeuta familiar, explica que la ansiedad en los niños puede presentarse de diferentes formas, tales como el miedo o la preocupación. En ese sentido, la atención primaria es clave para prevenir trastornos derivados como la depresión.
Una realidad que hemos estado evidenciando en los consultorios de psicología, es la gran cantidad de niños que traen los padres a consulta por cambios y comportamientos que llaman su atención, que una vez evaluamos a los niños, concluimos que están pasando por estados de ansiedad.
En la mayoría de los casos los padres muestran cierta resistencia ante este diagnóstico porque no comprenden cómo sus hijos a tan temprana edad, pueden estar pasando por episodios de ansiedad, que de no ser atendida a tiempo puede llevar a una situación peor como lo es la depresión.
La ansiedad en los niños puede presentarse de diferentes formas, tales como el miedo o preocupación, generando esto cambios en su comportamiento habitual y traduciendo esto a estados de enfados e irritabilidad.
La sintomatología que evidencian los padres en sus niños parte desde fatiga, dolores de cabeza o de estómago, insomnio, movimientos involuntarios, falta de apetito o comer en exceso, al igual que comerse las uñas, entre otras manifestaciones.
En algunas ocasiones se mostrarán tristes o sin esperanzas, por situaciones que se presentan a su alrededor que suelen generar en ellos ansiedad: conflictos escolares, la separación entre sus padres, problemas de violencia intrafamiliar, el no sentirse en un ambiente seguro, al igual que la falta de afecto y la mala relación con sus padres.
La ansiedad frente a cada una de estas situaciones se manifiesta de diferentes formas, como son: ansiedad por separación, fobias, ansiedad social, ansiedad general e incluso pueden desarrollar trastorno de pánico.
La atención primaria a la ansiedad debe realizarse de manera preventiva, como una forma de evitar pasar a un segundo nivel de mayor atención como la depresión. Tomando en cuenta de que no hay un rango de edad para que nuestros niños puedan experimentar esta condición y que como padres debemos estar alertas al cien por cierto para poder atender a tiempo esta necesidad.
El primer paso para el tratamiento es hablar con un especialista en salud mental que inicie el proceso con una evaluación. Es importante que se haga una evaluación minuciosa para obtener un buen diagnostico y tratamiento.
El especialista en salud mental puede planificar una terapia para el niño y la familia, un abordaje sistémico con el que pueda dar atención a las demandas que este sistema pueda presentar.
