
Jesús Boadas Morales, toxicólogo clínico, ofreció sus conocimientos sobre el Acetaminofén o Paracetamol destacando que al ser un producto de fácil acceso por sus beneficios a la salud, se ha convertido en un arma de doble filo al ser un detonante de intoxicaciones, en este sentido enumeró las características comunes que presenta un paciente al momento de desarrollar la toxicidad por consumir dicho fármaco y comentó cuáles son las medidas de prevención cotidiana tanto en niños como adultos.
El Acetaminofén o Paracetamol es el medicamento usado con mayor frecuencia a nivel mundial para el control del dolor y la fiebre, especialmente en pediatría. Esta accesibilidad ha condicionado un incremento notable en la cantidad de intoxicaciones hasta llegar a ser la primera causa de intoxicación medicamentosa en pediatría y una de las primeras en adultos junto a los sedantes y antidepresivos. Es por ello que se debe tener mucha precaución y seguridad al momento de administrarlo a pesar de que es de libre venta.
En niños la causa de intoxicación es accidental y sucede de dos maneras: el niño lo ingiere por los colores llamativos de sus presentaciones y por el agradable sabor que tiene la mayoría de las marcas; los padres o cuidadores dan dosis excesivas por error al momento de medir la cantidad indicada por el médico.
Otras causas podrían incluir errores en el cálculo de la dosis por parte del médico tratante.
Este medicamento, una vez ingerido, pasa al hígado donde sufre una serie de cambios y se genera un producto tóxico que puede ser manejado por nuestro organismo de manera efectiva cuando se trata de una dosis adecuada, pero cuando ocurre una sobredosis ese metabolito causa efectos sumamente tóxicos en las células hepáticas. Sus manifestaciones tienen 3 características:
- El órgano más afectado es el hígado, aunque también se puede acompañar de efectos sobre otros como el riñón.
- El paciente no desarrolla síntomas en las primeras 12 a 24 horas de la intoxicación o suelen ser muy leves, hecho que puede dificultar el diagnóstico.
- Es una intoxicación muy grave, incluso puede ser fatal.
Luego de un período inicial asintomático, el paciente comienza a presentar manifestaciones como malestar general, náuseas, vómitos, coloración amarillenta de la piel (ictericia), alteración de las transaminasas y otras pruebas de función hepática. En esta etapa el paciente debe ser ingresado para recibir tratamiento y monitorear su función hepática. Si la intoxicación sigue progresando, a las 72 horas se pueden presentar alteraciones de mucha gravedad y llegar hasta una insuficiencia hepática que puede conducir a la muerte. En este punto el paciente requiere ingreso a cuidados intensivos.
El tratamiento debe iniciarse precozmente, incluso bajo la sospecha de haber ingerido una dosis tóxica. El medicamento de elección es la N-acetil-cisteína, que ayuda al hígado en el proceso de metabolismo y eliminación normal del producto tóxico del acetaminofén.
¿Cómo prevenir una intoxicación por acetaminofén?
- Dar al niño la dosis indicada por el médico en el intervalo de tiempo indicado. Si presenta fiebre entre una dosis y otra, se debe bañar o colocar paños húmedos.
- No repetir la dosis del medicamento, aunque el niño vomite poco tiempo después de ingerirla. Siempre se absorbe cierta cantidad y una nueva dosis podría acumularse y provocar intoxicación.
- Estar pendiente de cuál es la presentación de acetaminofén que dispone. Las presentaciones en gotas son más concentradas que el jarabe y el médico calculará las dosis en base a la presentación del medicamento.
- Mantener el frasco del medicamento en un sitio que no esté al alcance del niño.
- Consulte a su médico ante la sospecha de haber ingerido una cantidad mucho mayor a la indicada.