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Necesidad de control

Necesidad de control
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Audy Francisco Puyosa, academic manager del CAC-ITC, citó un extracto del libro “Sistema de inspección BRILAB” donde se enfocó en recordar las diferencias entre el proceso productivo y la productividad laboral, en el artículo el especialista se dirigió a prevencionistas, médicos ocupacionales, higienistas, ergónomos, psicosociólogos, toxicólogos ocupacionales, bioestadísticos, abogados laborales y profesionales afines, con el objetivo de alertarlos y reiterarles la importancia de supervisar el estado emocional y físico de los trabajadores con el propósito de acudir a ellos de manera oportuna participando en una “gestión preventiva” que permita mejorar la calidad de vida de los individuos y beneficiar el entorno laboral.

Resulta lógico definir que la función final de un proceso productivo es la productividad, sin embargo, el proceso productivo está compuesto por un conjunto de elementos propios y otros externos que le hacen único.

A pesar de que pudiéramos hablar de dos instalaciones construidas con los mismos parámetros y un mismo objetivo, las particularidades de cada locación, personal, requerimientos de mercado o condiciones ambientales del entorno harán de cada una, una singularidad.

Otra situación similar se presenta en el día a día, las jornadas de trabajo también implican cambios puntuales que las hacen únicas a pesar de que los trabajadores suelen decir que la realización de sus actividades les parece tediosa o aburrida debido a la monotonía que ésta conlleva, la realidad es que esto no pasa de ser una apreciación.

Lo cierto es que cada jornada es un lienzo nuevo donde cada uno plasma su realidad diaria, mostrando competencias similares, con los mismos equipos y materiales, en turnos invariables y sin embargo, ¡son diferentes!.

Cambios en el clima, diferencia en el plano de incidencia de la luz natural, cambios en el estado de ánimo del personal, elementos externos propios de la vida cotidiana de cada uno, diferencia en el flujo de la materia prima o breves retrasos o adelantos en la operación de los equipos.

Incluso, efecto de las propias funciones fisiológicas o novedades deportivas o sociales que entren en las charlas entre ellos, cualquier elemento puede implicar una modificación del patrón de trabajo.

Esta variabilidad hace que se haga necesario mantener atención a lo que se realiza, estar atentos a los cambios que, en su mayoría, no implicarán condiciones riesgosas en sí mismos; pero que no deben asumirse como condiciones normales.

Por tal motivo, es importante entender que los procesos deben ser monitoreados con atención a los elementos propios y extraños, buscando reducir la influencia negativa que ellos puedan incluir en la actividad. Esto nos brindará una inagotable fuente de supuestos a ser verificados, con sus correspondientes opciones de actuación y potenciales resultados.

No se espera que haya una suerte de marcación cerrada hacia todo el personal, verificando cada paso, tarea o proceso. Lo realmente importante es lograr que se mantenga una visión clara de la realidad del entorno y las acciones, detectando y entendiendo el propio proceso como una condición necesaria y cambiante, donde los trabajadores son parte fundamental.

Con todo esto en mente, el equipo de Salud Ocupacional, integrado por ese equipo multidisciplinario al cual se hace referencia en todos los textos (Prevencionistas, médicos ocupacionales, higienistas, ergónomos, psicosociólogos, toxicólogos ocupacionales, bioestadísticos, abogados laborales y un amplio etcétera), se ve en la necesidad de mantener atención a un proceso que deben aprender cada día.

Mantenerse actualizados pues la forma en cómo se analiza un proceso hoy viene de la forma en cómo éste era entendido ayer; y esa realidad puede cambiar o aparecer nuevas herramientas para su gestión.

Un mensaje final para los médicos ocupacionales es recordar que ellos deben estar más allá de los consultorios, recetas y estetoscopios; dando espacio a conocer el proceso en campo y vivirlo en el día a día. En la modernidad de la Gestión Preventiva… ¡Hacen falta más botas y menos batas!

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