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Más allá del episodio violento: El Trauma que resuena en la familia y la sociedad

Más allá del episodio violento: El Trauma que resuena en la familia y la sociedad
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La violencia es un fenómeno que trasciende episodios aislados para arraigarse en el tejido social, dejando cicatrices profundas no solo en las víctimas directas, sino en el núcleo familiar y en la comunidad en su conjunto. Para comprender este impacto multifacético y sus complejas ramificaciones, conversamos con la Licenciada Paola Pino, venezolana y psicóloga familiar con amplia experiencia en el tema. Aunque en esta ocasión profundizaremos en la violencia ejercida contra la mujer como una de sus expresiones más críticas, partimos de la premisa de que la violencia, en todas sus formas, es un mecanismo destructivo que deshumaniza, fragmenta vínculos y perpetúa un ciclo del que es urgente salir. Esta entrevista busca explorar no solo las heridas, sino también los caminos hacia la sanación y la construcción de entornos libres de agresión.

  1. ¿Cómo se manifiesta el trauma complejo en mujeres que han sufrido violencia prolongada?

Para comenzar, un trauma es la consecuencia de una o varias situaciones que puede experimentar un ser humano de alto impacto emocional que deja en psique. Podemos hablar de dos tipos de trauma: El trauma simple que es el que hace relación a un evento puntual, una situación que resulta traumática para un individuo pero que se puede percibir que está en peligro, ejemplo: que te revuelque una ola en la playa. En cambio, el trauma complejo viene del trastorno del estrés post-traumático y hace referencia a un evento que se repite con el tiempo y que puede dejar consecuencias muy negativas o devastadoras en una persona. Este tipo de trauma está relacionado con la infancia, ya sea abuso sexual, violencia o heridas de abandono.

Ahora, hay muchas maneras de identificar el trauma en una persona, pero debemos tomar en cuenta al individuo, ya que cada persona es diferente. Esas manifestaciones van a depender de los rasgos de personalidad de cada quien y las personas que están alrededor son las que pueden notar en primera instancia si una persona está sufriendo algún tipo de violencia: física, psicológica o emocional. Evidentemente, va a tener pensamientos negativos, culpa, puede justificar el tipo de violencia que recibe, va a sentir vergüenza, remordimiento, miedo, aislamiento. Puede presentar patrones de repetición de forma inconsciente, baja autoestima.

2. Desde su experiencia, ¿cuáles son las consecuencias psicológicas más frecuentes en mujeres que han vivido violencia de género?

En mis 17 años de experiencia, he visto que cada persona manifiesta diferentes tipos de consecuencias, pero si hablamos de la parte psicológica están: estrés post traumático, depresión y ansiedad, sin embargo, se le adiciona el no dormir bien, a baja autoestima, se pierde el enfoque de la vida, y este último es lo peor que una persona puede experimentar. A nivel cerebral cuando una persona sufre de algún tipo de violencia, puede presentar lagunas mentales, pérdidas de conciencia, confusión, pérdida de concentración, de sueño, migrañas, problemas inmunológicos, entre otros. Realmente, es un abanico de consecuencias lo que puede generar la violencia en un ser humano y dependiendo del tiempo que la persona haya tenido o sufrido algún tipo de violencia va a determinar muchas cosas.

  1. ¿Cómo afecta a los hijos crecer en un entorno donde existe violencia hacia su madre?

En este caso, compartirían los mismos traumas que su mamá, ansiedad, depresión, estrés post traumático. Dependiendo del tipo de violencia, problemas de desarrollo físico y emocional (en caso que ellos también sufran de violencia), pueden tomar la violencia como algo natural para resolver situaciones o conflictos, pueden usarlo como expresión de “amor”, si ven la violencia cómo algo normal. Si su entorno está lleno de violencia pueden repetir patrones ya sea de víctimas o victimarios y por supuesto su desarrollo cognitivo, conductual, emocional y mental se verán afectados si crecen en un hogar violentado. Los hijos que crecen en un hogar

  1. Muchas mujeres no denuncian por miedo o dependencia económica. ¿Qué recursos existen en República Dominicana para apoyarlas?

Es muy importante principalmente que el entorno esté alerta a lo que esas personas están viviendo y evita señalamientos o decir qué hacer. En RD está en Ministerio de la Mujer, fundaciones, ONGs que brindan apoyo y hacen seguimiento a todos estos casos. Lo primordial es brindarle seguridad a la persona que está pasando este tipo de situaciones, buscar red de apoyo.

  1. ¿Qué signos de alerta pueden indicar que una mujer está siendo víctima de violencia, incluso si no lo expresa abiertamente?

Baja autoestima, ya que constantemente reciben ataques, sumisión, para evitar discusiones, estrés constante, porque se mantienen en estado de alerta que se evidencia en insomnio, rigidez corporal. Otro signo es desconfianza, se aíslan de su círculo más cercano, se culpan de todo, para evita más violencia. Buscan actividades fuera del alcance del maltratador para sentirse seguras. Están siempre a la defensiva, creyendo que la pueden lastimar.

  1. El agresor también necesita atención. Desde su perspectiva, ¿qué abordaje debería darse para romper el ciclo de violencia?

Desde mi perspectiva es FUNDAMENTAL implementar atención y ver qué lo llevó a comportarse de esa forma. Porque el violento por lo general es más violento con su entorno más cercano y en ese caso, debe realizarse ayuda psicológica especializada, para comprender la raíz o las raíces que contribuyeron a que fuese de esa manera. Otro punto sería incluirlo en programas de cambios de conducta, para que desarrolle el respeto, habilidades blandas, empatía. Es importante contar con una buena red de apoyo de abordaje integral para que el agresor pueda identificar, reconocer y cambiar ese patrón de conducta. Como sociedad debemos aprender que no solo entendamos a las víctimas, sino que también atendamos a los agresores y atendamos una infancia sana donde resaltemos la educación es prioridad para tener una mejor sociedad.

  1. ¿Cómo impacta la violencia de género en la salud mental de las familias a largo plazo?

En este caso, el impacto es profundo, pues existe dinámica familiares disfuncionales, y puede traer consecuencias en generaciones futuras. En el caso de los niños, puede desarrollar problemas conductuales, su rendimiento escolar puede bajar, puede desarrollar estrés crónico, dificultad para desarrollar su inteligencia emocional y puede tener un alto riesgo en presentar repetición de patrones, así como también pude presentar aislamiento, ya que la persona puede sentirse temerosa.

  1. En un país como el nuestro, ¿cómo podemos fomentar la denuncia y reducir la revictimización?

Principalmente crear un entorno de confianza y protección que garantice a las víctimas seguridad y amparo al momento de hacer una denuncia, mediante leyes que protejan la identidad y su derecho a denunciar. Campañas de sensibilización y educación de temas tabú que logren bajar los índices de violencia no solo en la mujer sino también en hombres (que muy poco se habla), así como en niños, niñas y adolescentes, de esta manera, desmitificamos estigmas sociales y creamos empatía hacía todas las personas que sufren algún tipo de violencia. Capacitar a las personas e instituciones y a todas las personas que de alguna forma que atienda estos temas, promoviendo empatía y donde no haya señalamiento ni juzgado. Facilitar los canales de denuncia para que las personas al momento de accionar no se le haga complicado, así como fortalecer políticas públicas.

  1. ¿Qué papel juegan los profesionales de la salud en la detección temprana de estos casos?

Los profesionales de la salud juegan un papel importante ya que pueden identificar los signos o síntomas que no son tan evidentes para otras personas. Pueden crear un ambiente seguro para que poder identificar y abordar a las posibles víctimas. En consecuencia, somos actores clave para ofrecer atención integral y servicios sociales para detectar de forma temprana e intervenir en la ayuda de las personas que sufren o sufrieron de violencia.

  1. ¿Qué papel juegan las redes de apoyo entre mujeres en la prevención y superación de la violencia?

Las redes de apoyo también son importantes, porque a través de ellas las víctimas pueden compartir experiencias, información y recursos, creando así una comunidad que se convierte en un círculo de protección que evita el miedo y el aislamiento reforzando la confianza y a su vez educan sobre los derechos que tienen las personas y los tipos de violencia que existen. Promueven la cultura de prevención y respeto.

  1. Para finalizar, ¿qué mensaje de esperanza y acción les daría a las mujeres que hoy están viviendo esta situación?

Les diría que la esperanza existe y se fortalece cuando queremos cambiar las circunstancias. Que la suerte va acompañada de la acción. Que pedir ayuda, denunciar y apoyarse mutuamente, son pasos poderosos y gigantes que como mujeres vamos a dar hacia la transformación. Jamás olviden que su vida y su dignidad son muy valiosas. Siempre habrá un camino hacia la paz y la libertad. No pierdan la fe en tener un futuro mejor.

A lo largo de esta conversación con la Lcda. Paola, hemos podido vislumbrar la sombra alargada que proyecta la violencia, confirmando que su daño nunca es circunscrito. Como se ha analizado, un acto violento contra una mujer se convierte en una onda expansiva que altera la salud mental de sus hijos, desestructura la dinámica familiar y debilita el fundamento mismo de la sociedad. La experta nos ha recordado que, aunque el foco debe estar en proteger y restaurar a las víctimas, cualquier estrategia seria debe también abordar de manera integral la raíz del problema en los agresores, rompiendo así el ciclo intergeneracional del trauma.

El mensaje final es claro: erradicar la violencia, en todas sus manifestaciones, es una tarea colectiva que exige más que denuncias. Requiere de una red de apoyo sólida, de instituciones capacitadas con empatía, de una educación que fomente el respeto desde la infancia y, sobre todo, de la valentía para pedir y ofrecer ayuda. La esperanza, como nos indica la Lcda. Pino, se construye con acción. Solo mediante una respuesta comunitaria comprometida y compasiva podremos transformar el dolor en resiliencia y avanzar hacia una convivencia donde el respeto a la dignidad humana sea la norma inquebrantable.

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